viernes, 22 de febrero de 2013

Transformaciones Responsables…. Solo para quieres disfrutan del placer de vivir


Dr. Andrés Vence
Cirujano Plástico

Tantas son las expectativas en las que se piensa cuando se planea una cirugía plástica, que se tienen  en cuenta todos y cada uno de los detalles (dinero, tiempo de recuperación, dolor, dudas sobre el resultado, etc.).  Sin embargo la mayoría de las veces, inexplicablemente nada juega un factor tan importante como el costo de la operación misma, sin importar la calidad y más aun la seguridad.

La creencia de que ir a una cirugía plástica, es un acto semejante a ir a una peluquería o un Spa., es común en estos tiempos. Es algo que esta tan en boga y considerado TOP en la actualidad, “que  no vale la pena” pensar en los riesgos ni cuidados necesarios, y  mucho menos en nada que se aleje de estar al otro día en el trabajo o en una fiesta, pues de lo contrario: “el cirujano no es tan bueno”.

Se deja de lado, y se ignora que el profesional elegido, debe ser idóneo para entregar su salud en aquellas manos. Quizás solo se tiene en cuenta si el médico fue visto en algún medio publicitario o si alguien menciona “que es barato”.

Es satisfactorio que existan todavía muchos profesionales serios dedicados al cuidado de este bello arte de la cirugía plástica, quizás además, motivo de orgullo para nuestro país. Muy bueno además para quienes optan por practicarse un cambio en su cuerpo, pues para ello esta creado.

Desafortunadamente este número, es superado por quienes no poseen el conocimiento, la experiencia y mucho menos la ética, para ofrecer este tipo de servicios. Incrementando con ello, las opciones de clínicas, centros y “garajes”, mal intencionado, quizás solo con el ánimo de beneficio económico, y de captar personas interesadas en buscar lo más “barato” y fácil de intentar, pues casi nunca se alcanza. Sueño que no durara tanto y será solo hasta que la persona vuelva a la realidad después de un muy probable fracaso anunciado.

Indiscutiblemente las cirugías plásticas han alcanzado un umbral alto de aceptación entre la población y además una óptima calidad en manos serias; también los costos han dejado de colindar con las nubes para hacerse alcanzables. Es por ello inaceptable que aun así, no se establezca universalmente una cultura responsable de elegir servicios de salud con calidad y seguridad adecuados y se propicie la práctica y ejercicio de quienes prefieren obviar pasos en la vida como los estudios, y desempeñar funciones ajenas, sin importar las consecuencias (a veces lamentables) y mucho menos respetar la integridad física y emocional de las personas que buscan atenderse.

Es sano, que al momento de decidir una operación, es bueno dialogar con más de un cirujano, a fin de establecer seguridad y sentirse cómodo con lo que se pretende y se le ofrece. Esto además de ayudar a aclarar dudas, hará posible “crear equipo” con el profesional elegido, quien será el encargado de guiar a la persona por el camino que sigue hasta lograr el éxito.

Por otra parte, “Que si el Laser, el Vaser, el Ultrasonido, etc.”.; estos  son solo equipos que deberán ser manejados por el cirujano. Ninguno hará el trabajo solo. Lo único que es insustituible es el propio cirujano en SI.

Nada será tan importante y decisivo que aspectos como la calidad, calidez, practicidad y disposición en la atención del médico. Deberá pensar en cuanto tiempo le dedicaron en su consulta, en la calidad en atención que se le prestó, la seguridad en lo que le fue ofrecido y encontrar el punto de equilibrio donde usted quedo a satisfacción con lo que buscaba y le fue ofrecido. Tener tiempo para hacer sus preguntas y para recibir respuestas es su derecho. No hay lugar en ese momento para prisas, ocupaciones, llamadas de teléfono, etc., pues es solo en esa consulta, cuando usted tenga el tiempo para definir lo que para usted es importante; y porque no., recibir las respuestas que necesita mientras su cirujano lo mira a los ojos.

Las cirugías deben ser siempre practicadas solo en clínicas con salas de operaciones, pues los consultorios (son para consultar), de allí su nombre. No son para operar.

Existen especialistas en anestesia y  se llaman anestesiólogos. Son profesionales estudiados en como dormir, anestesiar a una persona o evitar el dolor en una cirugía. Mientras que el cirujano opera, este otro cuida de su estado de salud y su vida mientras se despierta. Nadie reemplazara ese lugar. Lo contrario consiste en que le sea suministrada la anestesia por el cirujano a la vez que la opera y eso incrementa los riesgos en tantos números de “ceros” que no caben en un renglón.

La decisión puede ser tomada en base a la comparación, y es hasta conveniente. Pues solo usted sabe dónde y con quien se sintió más a gusto.

Las salas de espera, los cuadros, la fachada del edificio, y las decoraciones de un lugar, son agradables de ver, pero no determinaran su resultado. El tema debe ser tratado en forma directa con la persona que se hará responsable de su caso, no con asistentes ni con terceros; así mismo su control posoperatorio, la evaluación de las heridas, las revisiones, etc., pues si inicialmente hay tiempo para ofrecer a alguien una operación y recibir un pago, que agradable será también que esa persona elegida, disponga de tiempo para atenderlo en su recuperación.

Debe haber claridad en que no será solo practicar una operación, donde desde el comienzo se desea que sea exitosa, sino que también habrá que tener en cuenta, que como en toda cirugía (aunque esto no se desee), es posible que haya eventuales riesgos y complicaciones. La gran diferencia radica en que el profesional que usted eligió, este en capacidad de resolverlas, de acompañarlo, de apoyar su caso en todo  momento, estar a su lado en la evolución de su proceso de recuperación, pues para ello no solo se debe estar preparado, sino poseer una enorme calidad humana y sentido de responsabilidad ante todo. Porque no se vale, que si las cosas salen bien, “lo atiendan”, pero sino, “que lo vea otro”.

Las decisiones, se sabe ya que son difíciles, pero no se deben evadir. Habrá que tomarlas, y la confianza y tranquilidad serán el mejor analgésico y antibiótico cuando se tiene la certeza que el respaldo de quien lo acompaña en su operación, es alguien que estará a su lado en todo momento. De alguna manera el médico y su paciente se “casan” en un acto  imaginario que de algún modo en ocasiones durara más, que algunos matrimonios en sí.

FIN.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario